La Bioconstrucción es una disciplina que cobra mayor fuerza, debido a que las firmas buscan cada vez más certificaciones sustentables en sus proyectos, ya sea para hacerlos más atractivos para los fondos internacionales o para los clientes de nuevas generaciones, más preocupados por el cuidado medioambiental.
Hablar de bioconstrucción significa minimizar, principalmente, el consumo y el impacto de energía y agua, señala Pedro Valdés, CEO de la firma Escala en entrevista para Inmobiliare. Además, exige el uso de productos naturales, locales y un desarrollo que aproveche al máximo las cualidades del entorno, con el fin de reducir la contaminación y el gasto.
Para el diseño interior, el directivo recalca que es importante la orientación del inmueble, con el fin de aprovechar de mejor manera la luz natural, no tanto por una cuestión estética sino funcional.
En cuanto al clima, se debe construir pensando en la ventilación, permitiendo el paso del aire en zonas de calor extremo, como lo sería la parte norte del país, y el uso de materiales frescos, lo que ayudará a minimizar el uso de calefacción.
“Hay que analizar y seleccionar los materiales y equipamiento que se utilizarán, así como de dónde se están tomando estas materias primas y cuál es su eficiencia térmica”, puntualiza.
Como un punto extra, Pedro Valdés comenta la importancia del hábitat de construcción, es decir, qué tan fácil es llegar al inmueble utilizando medios de transporte y su conectividad con otras áreas como escuelas o comercios.
¿Qué elementos se deben tener en cuenta en la bioconstrucción?
El instituto de Arquitectura e ingeniería Econova de España considera que la bioconstrucción es una edificación en el que se contempla un diseño bioclimático y que precisa de materiales ecológicos y añade una dimensión humana que no solo tiene que ver con el confort de la vivienda, sino con el desarrollo de proyectos donde se tenga en cuenta a la comunidad.
Asimismo, busca aprovechar una mayor eficiencia energética y utilizar materiales naturales del entorno, focalizando una especial atención en otras dimensiones como el contexto y las necesidades socioculturales en las que se enmarca la construcción.
Por su parte, Fátima Yahyane, de la Universidad Politécnica de Cartagena, considera que los factores más importantes a tener en cuenta al momento de elegir los materiales de bioconstrucción tienen que ver con los aislamientos térmicos y acústicos, la transpirabilidad del hogar, el reciclado y la reutilización, no generar cargas electrostáticas y no producir radiactividad en altos grados.
¿Qué ofrece esta disciplina para la construcción y el medio ambiente?
De acuerdo con el área de sostenibilidad de BBVA, esta disciplina busca el bienestar del ser humano en el sentido más amplio posible. Desde la salud física y emocional hasta la medioambiental, gracias a los criterios de la arquitectura sostenible.
Para lograrlo, se deben combinar la eficiencia energética, bajas emisiones en carbono y el uso de materiales y estructuras con el mínimo impacto posible.
Los beneficios de la arquitectura saludable para las personas van desde el confort sensorial a la limpieza del ambiente, esto debido a que algunos estudios indican que el aire doméstico puede estar cinco veces más contaminado que el exterior.
Además, ofrece ventajas para la economía local por el uso de soluciones autóctonas como los aislantes vegetales y de materias primas originarias de la región, lo que a su vez reduce la contaminación generada por el traslado.
A manera de resumen, la arquitecta Cristina Rubio Picazo, define ante la Universidad Politécnica de Madrid, que la bioconstrucción ofrece conexiones armónicas entre el medio ambiente, el hábitat, lo construido y las personas que ocupan ese sitio.
Por: Juan Rangel
Este es un fragmento del artículo “Bioconstrucción, una inversión necesaría para el planeta” de la edición 133 https://inmobiliare.com/inmobiliare-133/