Chubb, uno de los players más grandes del mundo en seguros de propiedad y daños, está rediseñando su operación sobre un eje: todo digital, todo integrado. El plan pasa por modernizar sistemas core, construir plataformas propias para agentes y brokers, y explotar datos en tiempo real para underwriting y siniestros.
Para el inmobiliario esto no es un tema “solo de bancos y pólizas”. Es una reconfiguración silenciosa de cómo el capital entiende el riesgo físico: clima extremo, inundaciones, huracanes, incendios urbanos, fallas de infraestructura.
De póliza estática a riesgo dinámico
La apuesta de Chubb combina tres piezas:
• Datos unificados: integrar fuentes internas y externas (clima, cat models, datos de construcción, claims históricos).
• Automatización: desde cotizaciones instantáneas hasta triage automático de siniestros simples.
• Plataformas de distribución: portales para brokers, APIs para integrarse con marketplaces, proptechs y gestores de activos.
En la práctica, esto significa que el valor asegurado, la prima y las exclusiones de un edificio ya no se definen solo una vez al año, sino que pueden ajustarse con base en nueva información: remodelaciones, cambios de uso, mejoras en resiliencia o deterioro por falta de mantenimiento.
Impacto directo en real estate
Para desarrolladores, fondos y dueños de portafolios, el movimiento de Chubb deja tres mensajes claros:
1. La prima va a seguir al riesgo real, no al promedio histórico. Activos en zonas de riesgo climático o con infraestructura débil se volverán más caros de asegurar o directamente menos asegurables.
2. Los datos de edificio serán moneda de cambio. Certificaciones, inventarios de materiales, sistemas de detección temprana y de resiliencia serán argumentos duros para negociar condiciones de póliza.
3. Se abre un espacio para productos más sofisticados. Paramétricos para huracanes, coberturas ligadas a indicadores de operación y seguros embebidos en plataformas de gestión de activos y renta.
El giro digital de los grandes aseguradores no es solo eficiencia interna: es una señal de que el capex en resiliencia dejará de ser “nice to have” y empezará a traducirse en primas diferenciadas y, por extensión, en valor de los activos.