El International Living Future Institute creó nueve estándares que de alguna manera pueden cubrir las necesidades o la tipología vinculada a los espacios constructivos; en el caso de Living Community Challange (LCC) está enfocada a espacios de comunidad entre los que se incluyen centros culturales, campus universitarios o desarrollos habitacionales.

Para los inmuebles en lo particular enfocados a oficinas, servicios, casa habitación o cualquier tipo de usos está el estándar Living Bulding Challenge (LBC). Asimismo, Gutiérrez Lacayo mencionó que el instituto creó también ciertas especificaciones enfocadas en cada elemento, es decir, agua o energía de una propiedad.

“En el mundo hay muchos edificios que nada más están registrados para ser net zero, esto es, cero emisiones, no tiene que cumplir con todos los demás elementos o imperativos para ser certificados Living Community Challenge o Living Bulding Challenge”, expresó Martín Alberto Gutiérrez Lacayo, director de medio ambiente y sostenibilidad de desarrollo y ecología.

Además de estas dos certificaciones, informó que el instituto desarrolló una acreditación enfocada solamente a los fabricantes de productos de construcción: Living Product Challenge.

“Todas las certificaciones del International Living Future Institute terminarán en ‘Challenge’ porque verdaderamente es un reto lo que nosotros asumimos”.

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Todas las certificaciones del International Living Future Institute terminarán en ‘Challenge. Foto: Reserva Santa Fe.

Beneficios de Living Community Challange y Living Bulding Challenge

Uno de los principales beneficios de los desarrolladores es el construir de una manera consciente y responsable; aunque existe otro tipo de ganancia.

“Estamos generando un bien directo al medio ambiente, no solo al no contaminar y no generar impacto negativo. En el caso de Reserva Santa Fe al ser regenerativo, esto es, regresarle más a la naturaleza de lo que quitamos. Eso debe estar en el ADN de todo lo que construimos”.

Asimismo, Martín Alberto explicó que al seguir estas prácticas, no solo es ayudar al medio ambiente, también la empresa obtiene una ganancia, pues llegan a ser un diferenciador frente a la competencia.

“Esto garantiza a los clientes que confíen y las personas que ya compraron del mismo modo también asumen el reto de ser sostenibles y esta filosofía de un respeto absoluto a la naturaleza, a la cultura y a la historia del lugar”.

En cuestión de costos se están reduciendo los de mantenimiento futuro, ya que el ser eficientes en energía o en agua repercute en precios tanto en la operación y mantenimiento.

“Si los materiales están bajo el cumplimiento de los imperativos de LBC, te garantiza que su cuidado en la operación se reduzca hasta un 40%, en resumen, al final y en la ejecución te conviene aplicar estas certificaciones”.

Otro de los aspectos importantes que beneficia a los desarrolladores está en los precios de salida de los inmuebles, pues es oferta un proyecto que cuenta con la acreditación Living Community Challenge o Living Bulding Challenge permite el aumento de la plusvalía.

“Permite dar un valor agregado en precio hacia el mercado, en otras palabras llega a ser un driver en el mercado, habitar un edificio LBC”.

Por Rubi Tapia

Es un fragmento del texto Living Community Challange y Living Bulding Challenge: certificaciones sostenibles del presente de la edición 138 https://inmobiliare.com/inmobiliare-138/