Desde tiempos inmemorables las industrias de bienes raíces y financiera, se han complementado de tal manera que crecen, perpetúan, adaptan y evolucionan para brindar un mejor servicio y facilidades a todos los usuarios.
El crédito hipotecario es un ejemplo de la conjunción de voluntades y sinergias que presentan ambas. Adquirir un inmueble por medio de herramientas financieras sin importar si es con alguna institución tradicional, tecnológica o gubernamental siempre traerá beneficios, desde la generación de empleo hasta ayudar a las personas a cumplir sus sueños o en su defecto tener una inversión altamente rentable.
Las facilidades tecnológicas junto con las necesidades sociales, han traído grandes ventajas, desde el tiempo de espera en la aprobación de un crédito, rentar o comprar sin salir de casa, hasta coacreditar entre seis y ocho personas para adquirir un inmueble como inversión.
Más y mejores condiciones para solicitar un financiamiento se presentan al día de hoy. La digitalización ha sido el engranaje perfecto para lograr resultados inimaginables. Eliminar variables obsoletas o en su defecto, requisitos que entorpecen la respuesta de la banca en la colocación de créditos son algunas bondades que experimentamos en este 2021.
Acotar la burocracia de los procesos y eliminar trámites innecesarios no ha sido tarea sencilla, en las empresas tecnológicas emergentes nos hemos abocado a reducir cualquier tipo de complejidad o roces con el usuario para hacer la vida más práctica y accesible, en este caso hemos logrado maximizar el tiempo y ser hasta tres veces más rápidos que un banco. La premisa es democratizar en lugar de burocratizar el acceso a los créditos de vivienda, simplificando y erradicando todas las barreras existentes.
Teniendo en cuenta la generación económicamente activa, es hasta cierto punto lógico, deducir que los millennials son los que actualmente pertenecen a la fuerza laboral creciente y con una inquietud latente de cubrir necesidades básicas como el hogar. Pensando en dicho segmento; nos encontramos con ciertos perfiles específicos, los cuales buscan instantaneidad, certeza, seguridad y sobretodo soluciones digitales; ahí recae la importancia de contar con respuestas efectivas y afectivas que cumplan con los estándares de satisfacción.
Indiscutiblemente; en 2021 vivimos una economía compartida, pensar que un solo ingreso solventa las necesidades básicas o de inversión para el nicho de los 30 a 45 años, es complejo. El coacreditar con una persona sin que fuera la pareja legal, era prácticamente imposible; la solución que trajeron las Proptech y Fintech, fue abrir este abanico de posibilidades para dejar de tener límites al ejercer esta acción. Desde la gratificante experiencia que vivimos en Smart Lending, cuatro personas sin parentesco genealógico o legal pudieron unificar sus ingresos para adquirir un inmueble como inversión, sin complicación y hasta 60% más rápido que si uno de ellos realizara este proceso en la banca tradicional.
Amalgamar voluntades entre el sector público y privado es un esfuerzo que poco a poco rinde los frutos esperados; no a la velocidad que lo demanda la sociedad pero la realidad es que son pequeños pasos que dan más certeza y confianza a las industrias tecnológicas. Lograr legislaciones a la medida que permitan operar y aprovechar al máximo las herramientas digitales, es esencial para brindar un mejor servicio y evolucionar a la velocidad que se nos demanda.
Sabemos que el 2020 fue un año complicado, por ende, todas las industrias, con algunas excepciones, disminuyeron su flujo operativo considerablemente. Sin embargo, la tecnología vino a aminorar el impacto. Realizar trámites, adquirir créditos, comprar cualquier artículo e incluso el supermercado es posible sin salir de casa.
Activar la industria fintech en conjunto con la proptech es una de las prioridades en medio de un momento de incertidumbre financiera; el ciclo económico que inmiscuye a ambos sectores permitirá una recuperación más sólida y estable. Aprovechar las condiciones que brinda la banca disruptiva o tradicional es sustancial para amarrar un buen producto crediticio con el que se pueda comenzar un patrimonio o inversión altamente redituable.
Cabe resaltar que las tasas de interés que se experimentan son únicas e históricamente bajas, por debajo del piso del 8%, esto convierte al presente año en una extraordinaria oportunidad de adquirir un inmueble siempre y cuando las condiciones laborales personales se encuentren en cierto nivel de estabilidad.
En Smart Lending hemos democratizado la colocación de créditos. Desde 2019 venimos experimentando un crecimiento continuo y superando las expectativas establecidas mensuales. Este crecimiento se vio un poco afectado en el primer semestre del 2020, sin embargo, la colocación siguió un tanto estable pero en menor proporción.
Retomando la segunda parte de dicho año, los financiamientos comenzaron a repuntar y comparando ambos semestres podríamos decir que en la segunda mitad tuvimos crecimiento de más del 100%.
Una de las grandes ventajas que trajo la pandemia a ambos sectores, es que cada solicitante podía acceder a un monto mayor de financiamiento o liquidar en menor tiempo la deuda. Uno de los fenómenos que observamos fue que las personas buscaban un mayor endeudamiento por las atractivas tasas de interés, es decir, el monto solicitado superó el promedio, colocándolo en 3.8 millones, aproximadamente, para un crédito de adquisición.
Asumir que todo está hecho en ambas industrias sería poner freno a la innovación que constantemente vivimos. Los sectores Fintech y Proptech nos han enseñado que el servicio y atención que brindemos debe mejorar constantemente, evolucionar de servicio al cliente a experiencia del cliente es la oportunidad de cualquier empresa para lograr perpetuidad y confianza en el usuario.
El camino que se ha recorrido entre ambas industrias continuará infinitamente, será parte de la evolución tecnológica de nuestra era, pensando siempre en el beneficio social.
Por: Yave
Este es un artículo de la edición 125 https://inmobiliare.com/inmobiliare-125/
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