Según Nicholas Bloom, que publica artículos en el Wall Street Journal: “El aumento de cinco veces en la modalidad de trabajo desde casa introducido por la pandemia, es quizás, el cambio más grande en llegar a los mercados laborales estadounidenses desde la Segunda Guerra Mundial”.
El home office afecta a las empresas, a los trabajadores y también al sector inmobiliario de oficinas de manera muy importante, así que una pregunta relevante es: ¿Cómo beneficia el home office a las empresas?
Podemos identificar que el trabajo remoto desde casa proporciona varios beneficios a las empresas, aunque los resultados pueden variar dependiendo del negocio y la forma en que se implementa el trabajo a distancia. Entre los conceptos positivos encontramos la reducción de los costos operativos; ya que hay menos necesidad de espacio físico, menores costos asociados con servicios y suministros de oficina, menos gastos en servicios como agua, electricidad y limpieza. Esto desde luego ha afectado negativamente a los arrendadores de edificios de oficinas, que han experimentado las tasas más altas de espacios disponibles en mucho tiempo.
El Home office mejora también en la retención de empleados, ya que ofrecer opciones de trabajo remoto puede aumentar la satisfacción de los empleados y ofrecer mayor flexibilidad y en muchos casos, puede ayudar a retener talento clave.
Asimismo, mejora la productividad ya que algunos empleados encuentran que son más productivos trabajando desde casa debido a la reducción de distracciones y el ahorro de tiempo en viajes, además de tener menos interrupciones que se dan en el entorno de la oficina y pueden llevar a una mayor concentración.
El home office puede proporcionar acceso a una gama de talento más amplia, ya que la capacidad de contratar empleados de cualquier parte del mundo amplía la posibilidad de encontrar a las personas con el mejor perfil para una posición. De hecho se pueden reclutar personas con habilidades específicas sin importar su ubicación geográfica, lo que en muchos casos significa aprovechar la diferencia en costos de los mercados laborales.
Otra ventaja es que aumenta la resiliencia ante situaciones de emergencia, ya que la capacidad de trabajar de forma remota puede ayudar a las empresas a mantener la continuidad del negocio durante eventos imprevistos, como pandemias, desastres naturales o interrupciones en el transporte, etc.
Reduce la posibilidad de que los empleados se ausenten debido a enfermedades contagiosas o situaciones familiares urgentes. Una preocupación inicial era que los colaboradores no atendieran igual el trabajo al estar en casa, pero la tecnología en muchos casos, permite que se pueda monitorear con todo detalle el desempeño de los empleados vía remota, y se ha demostrado que incluso puede aumentar su productividad. Y mejora en la satisfacción del empleado ya que le proporciona equilibrio entre trabajo, vida familiar y personal, con flexibilidad y autonomía lo que está directamente relacionado a aumentar la satisfacción laboral.
Es importante destacar que, si bien hay beneficios, también existen desafíos asociados con el trabajo remoto, como la necesidad de mantener una comunicación efectiva, gestionar la colaboración a distancia y abordar posibles problemas de aislamiento. La implementación exitosa del home office generalmente implica una combinación equilibrada de políticas, tecnología y cultura organizacional.
También podemos preguntarnos ¿Cómo beneficia a los empleados? Algunos de estos beneficios se han esbozado ya en puntos anteriores, tales como la flexibilidad de horario, que en esta modalidad los trabajadores pueden adaptar sus horas de trabajo según sus preferencias y necesidades personales, lo que puede facilitar el equilibrio de vida, el home office o trabajo desde casa puede ofrecer, entre otros beneficios significativos para los trabajadores, los siguientes:
Al reducirse el tiempo que se dedica a los desplazamientos, no solo ahorra tiempo, sino que también puede reducir el estrés asociado con los viajes diarios. Y en muchas ciudades, disminuir los riesgos asociados en los trayectos entre la oficina y la casa.
Los empleados pueden personalizar su entorno de trabajo en casa según sus preferencias, de forma que en muchos casos, no lo permitiría el entorno en la oficina. Pueden crear un espacio cómodo y productivo que se adapte a sus necesidades individuales y este ambiente personalizado donde trabajar para algunas personas resulta muy importante.
Las personas pueden ahorrar dinero al reducir los gastos asociados con los desplazamientos, como el costo del transporte público, gasolina, estacionamiento, etc. así como ahorrar en comidas fuera de casa.
Como ya mencioné, algunas personas encuentran que trabajan de manera más productiva y eficiente cuando tienen un entorno tranquilo y sin distracciones, como el que pueden tener en casa.
El home office puede ser beneficioso para personas con discapacidades o limitaciones físicas, ya que les brinda la oportunidad de trabajar en un entorno adaptado a sus necesidades. Lo cual es un punto que aumenta la inclusión.
Es relevante entender también que el trabajo desde casa puede tener algunas consecuencias negativas, que pueden variar según la persona, el negocio y la situación. Entre otras posibles consecuencias negativas del home office, se ha identificado que trabajar desde casa puede llevar a la falta de interacción social, lo que puede afectar la salud mental y emocional de las personas. La ausencia de colegas y la comunicación cara a cara pueden contribuir al sentimiento de soledad.
El home office también puede generar dificultades para establecer límites: La línea entre el trabajo y la vida personal puede volverse borrosa cuando se trabaja desde casa. Las personas pueden tener dificultades para desconectar del trabajo al final del día, ya que el espacio de trabajo es el mismo lugar donde viven.
La falta de interacción cara a cara puede dificultar la comunicación efectiva y la colaboración entre los miembros del equipo. La ausencia de reuniones presenciales puede afectar la generación de ideas, la resolución de problemas y la cohesión del equipo.
Algunos empleados pueden enfrentar dificultades para mantener altos niveles de productividad sin una supervisión directa. La falta de accountability puede llevar a la procrastinación y a una disminución en la eficiencia laboral.
La comunicación a distancia puede llevar a malentendidos y a la falta de claridad en las instrucciones. La ausencia de comunicación cara a cara puede dificultar la construcción de relaciones sólidas con colegas y supervisores. Y dificulta la creación de una cultura laboral. La falta de interacción social, el aislamiento y la desconexión emocional pueden contribuir a una disminución de la moral y el compromiso de los empleados. La falta de conexión con la cultura empresarial puede afectar la lealtad y la motivación.
Si bien a veces en casa la concentración es más fácil, el entorno doméstico también puede estar lleno de distracciones, como tareas del hogar, familiares, mascotas, entre otros. Estas distracciones pueden afectar la concentración y la productividad.
La dependencia de la tecnología para el trabajo remoto puede resultar en problemas técnicos, como problemas de conexión a Internet, mal funcionamiento de dispositivos, entre otros, lo que puede afectar el desempeño y los resultados, ya que la infraestructura con la que se cuenta en cada hogar no es homogénea y algunos empleados pueden carecer del espacio adecuado y acceso a recursos y herramientas necesarios para realizar su trabajo de manera eficiente cuando están fuera de la oficina.
Trabajar desde casa puede aumentar el riesgo de brechas de seguridad y pérdida de datos, especialmente si los empleados no siguen las mejores prácticas de seguridad informática. La falta de controles de seguridad en el entorno doméstico puede poner en peligro la información confidencial de la empresa.
Evaluar y gestionar el rendimiento de los empleados a distancia puede ser más desafiante que en un entorno de oficina tradicional. La falta de visibilidad directa sobre las actividades laborales puede dificultar y requerir de nuevas formas para la evaluación precisa
del rendimiento.
La incorporación de nuevos empleados y la formación continua pueden ser más desafiantes en un entorno remoto. La falta de interacción presencial puede dificultar la construcción de relaciones y la transmisión efectiva de conocimientos y habilidades. Lo que representa un reto para la formación e integración de equipos.
La cultura empresarial puede ser más difícil de mantener y de hecho se va a modificar cuando los empleados trabajan de forma remota. La falta de interacción regular puede hacer que sea más difícil transmitir los valores, la misión y la visión de la empresa.
Es importante destacar que muchos de estos desafíos pueden abordarse con políticas y prácticas empresariales sólidas. La implementación de herramientas de comunicación efectivas, la promoción de la transparencia, la inversión en seguridad informática y la adaptación de estrategias de gestión son algunas de las formas en que las empresas pueden mitigar los impactos negativos del home office.
Como resultado las empresas están encontrando que se puede obtener lo mejor de los dos modelos y los esquemas híbridos están cada vez más aceptados y permiten tomar las ventajas y disminuir o desaparecer los riesgos y efectos negativos. En el futuro inmediato estaremos aprendiendo a sacar el mayor provecho de lo mejor de los dos formatos.
Las empresas están en la etapa de redefinir sus espacios de oficina y la forma en que estos deben adecuarse para que “el ir a la oficina” tenga sentido. Modificar el lay out y hacer que la experiencia de usar los espacios de trabajo resulte, eficiente, productiva y gratificante en un reto que cada negocio debe asumir para entender una nueva forma de afrontar un cambio que ya se ha dado y nos está revelando una nueva realidad en todo el mundo.
Por Rafael Berumen, Managing Director REMS Colliers México
Es un texto de la edición 142 https://inmobiliare.com/inmobiliare-142/