La altura y el tamaño de un edificio de oficinas fueron, durante décadas, sinónimo de éxito empresarial. “La Ciudad de México y Monterrey levantaron rascacielos bajo esa lógica, pero el mercado cambió”, indicó SiiLA.
En este mismo sentido, la plataforma de inteligencia del sector inmobiliario informó que en ambas ciudades del país hay al menos 68 inmuebles con más de 20 pisos, con un tamaño promedio de espacio que ronda los 1,000 metros cuadrados, un 15% por encima del estándar nacional.
Si bien el tamaño y la altura puede ayudar, SiiLA destacó que una torre de cincuenta pisos puede estar más vacío que uno de veinte pisos, si este no ofrece lo que las empresas necesita, es decir, espacios más flexibles, eficiente y abiertos.
“Mientras algunas torres de más de 30 pisos, como las Torres TOP en Monterrey y Caballito en Ciudad de México, han mantenido alta ocupación; sin embargo, otras con características similares como la Torre VI del Corporativo Santa María y la Torre I de Arcos Bosques han tenido dificultades para atraer inquilinos. En contraste, edificios con formato más flexibles, como Montes Urales 424, han mostrado mayor estabilidad, independientemente de su escala”.

¿Qué garantiza el éxito de los edificios de oficinas?
De acuerdo con SiiLA muchos edificios de oficinas con alta desocupación en el 2022 continuaron en la misma situación durante el 2024, por lo que esto podría sugerir que los problemas estructurales del mercado no han cambiado.
Asimismo, destacó que la ubicación, la antigüedad del edificio, los precios, la calidad de las instalaciones y las condiciones contractuales pesan más que la configuración física del inmueble.
“No es la cantidad de pisos ni el tamaño de los espacios lo que define la demanda, sino la percepción del mercado sobre el valor de cada propiedad y la capacidad de los propietarios para ajustar su oferta. Esto implica que la flexibilidad en la configuración y las estrategias comerciales han mostrado ser más determinantes para la ocupación que los metros cuadraos y la altura”.
SiiLA también destacó que la estabilidad en el mercado de oficinas no está ligado a la cantidad de pisos o el tamaño de los espacios, sino al tipo de inquilinos que cada edificio es capaz de atraer y retener. Por ejemplo, los edificios más altos han encontrado solidez en grandes corporativos; en tanto que los espacios más amplios han asegurado ocupación con inquilinos institucionales.