Desde hace poco más de una década, el sector inmobiliario cuenta con un soporte para la construcción, desarrollo y distribución de espacios: las certificaciones medioambientales y de bienestar. La obtención de puntajes para una operación mínimamente amigable con el medio ambiente pasó de una moda a una opción necesaria para las organizaciones. Tan sólo en 2021, Cushman & Wakefield logró gerenciar más de 80,000 m2 en proyectos en los que se obtuvo la certificación LEED (Leadership in Energy and Environmental Design) en alguno de sus tres niveles.

Estas acciones consideran tres aspectos fundamentales de la E en ESG: el espacio, lo social y la transición. El primero hace referencia a los elementos tangibles y la infraestructura (la compra de materiales, la inversión en la operación y logística, la ubicación y el uso de suelo), mientras que el segundo considera la vida de los ocupantes (flujos de aire, energía, temperatura). En cuanto a la transición, el criterio busca impactar en el aspecto financiero como los ahorros en el consumo energético para evitar contribuir al cambio climático o la inversión que se realiza al mudar la operación a equipos sostenibles.

Para los dos criterios restantes, S y G, se plantean acciones difíciles de medir, pero altamente redituables en el corto plazo. Como parte fundamental de lo social, se esperan el cumplimiento de derechos y garantías de los ocupantes, pero también el retorno a la comunidad El sector inmobiliario cuenta con un soporte para la construcción, desarrollo y distribución de espacios: las certificaciones medioambientales y de bienestar. cercana en la que se encuentra el inmueble. Además, se busca que las brechas salariales disminuyan y la productividad aumente ante el cuidado del capital humano. En 2020, la Comisión de Bolsa y Valores de EE. UU. (SEC, por sus siglas en inglés) reportó que la gestión de personal será un aspecto por considerar en los reportes financieros al declararla un riesgo material importante.

Por último, la gobernanza está más relacionada con la operación del inmueble y la diversidad que compone el sector de toma de decisiones. La conformación de comités plurales proporciona confianza en la obtención de fondos e inversiones para una corporación.

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ESG: El futuro ya está aquí

El uso masivo del concepto sustentabilidad, que significa empatía con el futuro desde el presente, hizo que imagináramos que los tiempos venideros están muy lejos y no nos tocará verlos. Lo único verdaderamente alejado es nuestra percepción de ello, pues ya están ocurriendo cambios trascendentales en el sector inmobiliario que le dan un carácter definitivo a ESG. Por ejemplo, los fondos de inversión ya consideran favorecer a las corporaciones responsables.

Instituciones bancarias como BBVA anunciaron que planean canalizar 200 mil millones de dólares en proyectos que promuevan estos criterios hacia 2025, duplicando así lo propuesto en 2018. Asimismo, Citigroup anunció un financiamiento por 100 mil millones de dólares para proyectos que, hacia 2023, consideren reducir la huella de carbono y los impactos del cambio climático para beneficio de la comunidad.

Con estas transformaciones puede decirse que atrás queda la etapa de consultoría o asesoría y le damos la bienvenida a la gerencia de proyectos integrales que acerquen a la ciudadanía a ese planeta que ansiamos y merecemos. Con alianzas estratégicas podemos ofrecer inmuebles que no sólo podrán disfrutar las generaciones venideras, con suerte y mucho trabajo todos seremos testigos de ese espacio verde, armónico y justo.

Por: África Rubio, directora de Sustainability Services para Cushman & Wakefield En colaboración con José Ramón Ibarra, Communications Analyst.

Este es un fragmento del artículo ESG: La tendencia definitiva en Real Estate de la edición 133 https://inmobiliare.com/inmobiliare-133/

Para obtener más información, visite: www.cushmanwakefield.com

*Nota del editor: Las opiniones aquí expresadas son responsabilidad del autor y no necesariamente reflejan la posición de Inmobiliare.