Las ciudades con rascacielos emiten 154% más CO2 que aquellas que no cuentan con edificios tan altos, a pesar de que tengan el mismo número de población, según la investigación de la Universidad Napier de Edimburgo y la Universidad Colorado Boulder.
El estudio se realizó en barrios de la ciudad de París que contaban con la misma densidad, algunos de ellos con rascacielos y otros sin ellos. El método utilizado fue analizar la altura y la densidad de forma individual para calcular las emisiones de gases contaminantes.
“Desarrollamos una nueva métrica de densidad urbana para medir las cosas con la mayor precisión posible. Los resultados muestran que la densidad es necesaria para una población urbana en crecimiento, pero la altura no”, expresó Francesco Pomponi, autor y catedrático en Napier.
Los resultados del estudio publicado en npj Urban Sustainability, revista especializada en medio ambiente, desmienten la idea ecofriendly de estos edificios.
Ya que se comprobó que las ciudades grandes con rascacielos emiten 154% más gases de efecto invernadero, mientras que las chicas 142 por ciento.
De hecho, también concluyeron que si aumenta la densidad poblacional sin crecer la altura se reducen las emisiones de CO2.
Por lo cual, se debe apuntar en esta dirección, si realmente se quieren construir urbes sostenibles.
Las ciudades sin rascacielos son la opción más sostenible
Hong Kong produce más emisiones generales por sus rascacielos que París con sus edificios de máximo seis pisos.
Esto se debe a que se usa más tierra, hay mayor erosión, se usan estructuras más pesadas y más gruesas y la distancia entre edificios es mucho mayor.
Estas características y la producción de estos materiales libera una cantidad nociva de gases invernadero.
“Parece que el mundo necesita más París y menos Manhattan en las próximas décadas”, aseguró Pomponi.
Asimismo, los metales como el acero, el aluminio y las cantidades industriales de cemento tienen una alta huella de CO2.