Las inversiones inmobiliarias dependen cada vez más de los análisis de datos confiables y herramientas inteligentes para tomar decisiones estratégicas, sin embargo, el reto es saber usar esa información para identificar los “green flags” y “red flags”

De acuerdo con SiiLA, estas señalas positivas o negativas surgen de múltiples factores, por ejemplo, la ubicación, la ocupación, la renta de mercado, las condiciones económicas (tipo de cambio, inflación y tasas crediticias) y el equilibrio entre oferta y demanda. 

“Las inversiones inmobiliarias comerciales no es cuestión de corazonadas, sino de datos duros que revelan patrones claros en el mercado”, mencionó la empresa enfocada en servicios de la industria de bienes raíces. 

En este sentido, resaltó que es importante identificar los “green flags” para saber que la inversión tiene altas probabilidades de éxito, y por supuesto, también conocer las “red flags” que alertan de posibles riesgos. 

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Antes de realizar una inversión es indispensable conocer las “green flags” y “red flags”. Foto: freepik.

Green flags: ¿Cómo impacta en las inversiones inmobiliarias? 

Las también conocidas como señales positivas son un reflejo de la salud de un mercado, es decir, que si la tasa de ocupación tiene un aumento sostenido y el crecimiento es establece en los precios de renta son señales de rentabilidad, según SiiLA

“Estos factores sugieren que las propiedades están siendo bien utilizadas, lo que incrementa su valor con el tiempo. Cuando estos indicadores se combinan con una absorción neta positiva y un nuevo inventario de alta calidad, el mercado indica un entorno de alta demanda, con oportunidades de inversión potencialmente rentables y sostenibles a largo plazo”. 

Red flags en el mercado inmobiliario 

Las “red flags” revelan los problemas estructurales en el mercado, en este sentido SiiLA mencionó que si la tasa de disponibilidad es elevada y sostenida en un inmueble se indica que la oferta supera a la demanda, esto provoca que haya acumulación de espacios vacíos y reduce la capacidad de generar ingresos por renta. 

“Si la absorción bruta se desacelera, estos espacios vacíos se convierten en una carga que refleja una debilidad en la demanda, lo que no sólo limita las oportunidades de ocupación, sino que también amenaza con devaluar los activos”.  

Otro signo de alerta es la volatilidad en los precios de renta, ya que la fluctuación refleja incertidumbre y disminuye la disposición de los inquilinos a comprometerse a largo plazo. “Si estos indicadores persisten, refleja un mercado que podría no garantizar retornos competitivos, con oportunidades de inversión cada vez más limitadas”.