Las dos caras de una moneda: la primera aquella que permite a los propietarios de inmuebles habitacionales tener mejores rendimientos mediante el encarecimiento de sus rentas, alquilando estos inmuebles a extranjeros con claramente mayor capacidad económica y que perciben a ciudades como CDMX “barata”; y la otra el desplazamiento de locales en un efecto dominó cada vez a zonas más asequibles, alejándose de sus fuentes de empleo y su calidad de vida. El encarecimiento del metro cuadrado ha llegado a tal punto que algunas colonias de la capital del país como Roma y Condesa donde parece que hay más extranjeros que mexicanos.
Desde la pandemia la población con acceso a home office se ha convertido en nómadas digitales, es decir, personas que trabajan a distancia de su país de origen en un formato virtual que les permite estar migrando a diferentes países. Tal es nuestro caso donde algunos pocos se han visto beneficiados y en su gran mayoría afectados, el resultado de la famosa gentrificación.
Pero ¿cuál es el problema si estos extranjeros están gastando en nuestro país y dándole plusvalía a más y más zonas además de contribuir a la economía? El encarecimiento no es únicamente del suelo ni en arrendamiento, este fenómeno afecta también a las ventas y a los productos y servicios de los comercios locales, haciendo incosteable para la mayoría de los mexicanos. No sólo afecta a la clase media y alta si no también a la clase baja que a su vez se tienen que mudar a zonas más lejanas y económicas.
La solución (como casi nunca lo es) no está en la prohibición sino la regulación y la priorización de los locales, ya que no sólo es un problema de los residentes. El sector hotelero también se ha visto en desventaja con plataformas como Airbnb, Booking y otras que hacen a los extranjeros mucho más sencillo y económico vivir en nuestro país. Se habla de permisos turísticos, impuestos más competitivos y reformas que otras ciudades en el mundo han implementado ante estos retos, tal es el caso de Canadá quien recientemente prohibió la compra de inmuebles habitacionales a extranjeros por los próximos dos años en algunas áreas, debido al incremento excesivo en el precio de vivienda con el objetivo de reducir las compras especulativas; se ha tachado de una política xenofóbica al gobierno canadiense pero, ¿priorizar a tu población no es parte de las responsabilidades del gobierno?
La lista es interminable y alrededor de todo el mundo va creciendo esta problemática: Nueva York, Barcelona, Portugal, Sao Paolo, Estambul, Londres, Hamburgo, entre muchas otras. Como decían nuestros abuelos “mal de muchos, consuelo de tontos”. Aprovechemos esta oportunidad de migración extranjera pero siempre priorizando a los mexicanos para que conserven sus hogares, para que crezca el patrimonio no sólo de unos pocos, de mejorar las políticas turísticas y hacer una competencia más sana. Las soluciones difícilmente les gustarán y beneficiarán a todos, pero el derecho a una vivienda digna es uno de los derechos más fundamentales. Creo en un país Multicultural, pero con el mexicano siempre en primer lugar, dejemos de competir por precio Mexico is not cheap, is amazing and is worth it*. Sigamos esta conversación en mis redes, te invito a seguirme, estoy como Latitud inmobiliaria Tv en: YouTube, Instagram, Facebook, Tiktok y Spotify.
Pensando en voz alta, Lorena Goca.
*México no es barato, es increíble y valioso.
Esta es una columna de la edición 137 https://inmobiliare.com/inmobiliare-137/