El mercado inmobiliario en España se vio afectado desde hace dos años, ya que debido al Covid-19, los gastos se redujeron a lo esencial: alquiler, comida, servicios básicos y algo de entretenimiento, lo que hizo a muchas personas ahorrar más de lo habitual.
Esta acumulación de ahorro condujo a que muchas familias tuvieran el dinero necesario para entrar a una hipoteca. Además, en ese entonces, los intereses de los préstamos eran muy bajos (el euríbor —índice que establece el precio de la mayoría de las hipotecas— se movía en cifras negativas).
En esta línea de acontecimientos, se desató una suerte de euforia por comprar casas y empezó lo que muchos especialistas denominan “boom inmobiliario”.
Cabe destacar que en 2022, se batieron récords históricos tanto en precio como en cantidad de compraventas y se alcanzaron, en general, cifras no vistas desde 2008.
Crisis energética e inflación
No obstante, mientras se enfocan en la ‘nueva normalidad’, ocurrió algo no previsto: Rusia invadió Ucrania y, además de las graves consecuencias humanitarias, se desató una crisis energética a nivel mundial. El encarecimiento de la energía sumada a la alta demanda de productos y servicios vividos tras el fin del confinamiento terminó por disparar el coste de vida: la inflación superó el 10% en agosto de 2022 y empezó a reducir el salario real de las familias y su capacidad de ahorro.
Tipos de interés y encarecimiento de las hipotecas
Los bancos centrales disponen de una herramienta para contener la inflación: los tipos de interés, que definen el precio del dinero. Al incrementar los tipos, aumentan también los intereses de los préstamos corrientes (como los personales o los hipotecarios). Con créditos más caros, por lo que las personas se plantean dos veces si les conviene o no contratarlos.
Así es como los bancos centrales logran reducir la demanda global de productos y servicios (menos préstamos = menos consumo) y enfriar la economía, para que los precios no sigan subiendo de forma desorbitada. El Banco Central Europeo subió cuatro veces los tipos de interés en 2022 y dos veces más en 2023, desde 0% hasta 3.5 por ciento.
El mercado inmobiliario se enfría
La evolución del mercado inmobiliario en 2023 es determinado, principalmente por los siguientes factores:
- Con hipotecas más caras, menos personas pueden permitirse contratar una
- La inflación erosiona el bolsillo e impide que ahorremos lo suficiente para entrar a una hipoteca
- Los bancos han endurecido sus requisitos a la hora de conceder préstamos para reducir la morosidad
Con menos compradores en el mercado, la cantidad de compraventas de viviendas ha empezado a contraerse.