Uno de los pilares para el crecimiento de una ciudad es la infraestructura. En específico, la destinada al transporte aéreo que provee de acceso a mercados globales y genera comercio y turismo para mejorar las economías. En su caso, el Aeropuerto Internacional de Guadalajara, es actualmente la tercera terminal nacional más importante por cantidad de pasajeros, y la segunda en volumen de carga.
Por este motivo, en el estado de Jalisco se estableció el Plan de Guadalajara 2020-2026, en el que se contempla el proyecto de remodelación de esta terminal aérea, con el propósito de mejorar la calidad de experiencia de los usuarios y detonar todas las industrias en la región.
A pesar de las afectaciones en la economía por la crisis sanitaria, la carga aérea del aeropuerto de Guadalajara no ha dejado de incrementarse. En realidad, hoy registra más de la que tuvo en 2019. Esto apunta a que el crecimiento va a continuar en ese mismo sentido, explicó Martin Zazueta Chávez, director del Aeropuerto Internacional de Guadalajara.
Este incremento en las operaciones despuntaron una serie de problemáticas como la saturación de las vialidades de acceso y en cruces peatonales, falta de espacio para estacionamiento, congestionamiento de pasajeros en el edificio terminal, restricciones operativas en pista por tráfico de aeronaves, etc.
“La infraestructura actual nos empezó a quedar muy corta gracias al desenvolvimiento de la ciudad. Y hay que mencionar que no sólo da servicio a los nueve municipios de la zona metropolitana de Guadalajara, sino también a siete estados de la república. Así que decidimos atender estos problemas y los futuros con esta iniciativa”, agregó.
De acuerdo con Alejandro Vallarino Marusich, director de infraestructura del Grupo Aeroportuario del Pacífico, la inversión para llevar a cabo este plan maestro es de 15 mil millones de pesos hasta el año 2026, fecha en la que se prevé que el aeropuerto esté listo para operar al 100 por ciento.
Actualmente, las instalaciones cuentan con 87 mil 400 metros cuadrados y dos mil 569 cajones de estacionamiento. El proyecto consiste en la ampliación y remodelación de las mismas, por lo que se construirá una segunda terminal y un edificio de usos mixtos con 180 unidades, operado por Hilton Garden.
Ambas terminales sumarán 209 mil 300 metros cuadrados, 27 salas de embarque de contacto, 36 salas de embarque remotas, 195 mostradores documentación, 29 líneas de inspección. Así como cuatro sistemas de inspección de equipaje documentado, 334 mil 5523 metros cuadrados de estacionamiento con 10 mil 605 cajones; y 75 posiciones para aeronaves en plataforma comercial.
Además, se construirá una segunda pista de tres mil 538 por 45 metros y la nueva Avenida General con 126 mil 90 metros cuadrados. Esto contempla 84 posiciones para aeronaves y cuatro para helicópteros. Mientras que el nuevo edificio de Av. General tendrá dos mil metros cuadrados, con unidades para renta y nuevas instalaciones para Sedena, FAM y la FGR.
El lado arquitectónico está a cargo de Bosco Arquitectos, una firma con 38 años de experiencia, caracterizada por su línea contemporánea de diseños mexicanos. Para el Aeropuerto Internacional de Guadalajara, tienen la firme intención de que se mantenga vigente con el paso del tiempo y que, sobre todo, mantenga sus funciones. A lo que se suma el reto de lograr una unidad entre las nuevas edificaciones y las ya instaladas.
Bosco Gutiérrez Cortina, arquitecto al frente del desarrollo, explicó que se utilizarán fachadas de precolado de concreto para cumplir con dos aspectos: el clima y la expresión cultural de México. Del mismo modo, la cubierta del espacio de usos mixtos será en diente de sierra. Esta técnica solo permite un ambiente interno agradable y protegido del “asoleamiento” directo.
“Estas obras van a solucionar la llegada de las 40 mil personas que arriban todos los días al aeropuerto. Literalmente se convertirá en una ciudad dentro del mismo. Después de muchas etapas de crecimiento por cachitos, es un orgullo que se haya logrado hacer un plan general”.
De igual forma, el proyecto busca convertirse en un icono en materia de sustentabilidad, al lograr la certificación NetZero, para lo que cuenta con la intervención del ingeniero Ulises Treviño, fundador de la firma de asesores LEED: Bioconstrucción y Energía Alternativa. Bajo este concepto, la edificación logrará un máximo rendimiento energético con mínima demanda y ésta será suministrada con energía renovable generada en sitio.
“Lo que estamos logrando es que desde la conceptualización apuesta por el máximo respeto al entorno natural, responde y convive con las características climáticas de la región. Es una infraestructura que se adelanta al futuro y se adapta a estas exigencias que se volverán normativas. Por ahora, será un icono para México y América Latina, y un referente a nivel mundial”, afirmó Treviño.
La apuesta es conseguir una condición de cero residuos y cero agua, además de uso de materiales que neutralicen las emisiones de carbono en la etapa operativa. Para lo que se emplea una arquitectura bioclimática que alcance el máximo desempeño energético desde los elementos pasivos: fachada, azotea, etc.
En adición, se aplica un diseño óptimo con soluciones tecnológicas de climatización, iluminación, seguridad y servicios con el menor consumo energético posible. Para finalmente, dotarlos de sistemas de energía renovable para neutralizar la mínima demanda de la construcción.
“Energía requerida mínima, menos la energía producida en sitio, igual a cero. Materializarlo supone un reto global que tenemos, pero para la descarbonización de la economía, la infraestructura es fundamental”, opinó.
Este es un artículo de la edición 128 https://inmobiliare.com/inmobiliare-128/