La deuda pública mexicana se redujo a 47.7% del Producto Interno Bruto (PIB) en mayo de 2021, de acuerdo con la Secretaría de Hacienda y Crédito Público (SHCP). No obstante, se estima que el año cierre con la cifra de 51.4 por ciento.

La reducción de la deuda pública es más bien una normalización de esta, pues, el 2020 se vivió un récord histórico en este sentido, ya que alcanzó 52.3% del PIB. Lo anterior se debió a la pandemia del Covid-19.

En el 2019 la deuda pública fue del 44.5% sobre el PIB, en 2018 del 44.9% y en 2017 del 45.7 por ciento. Lo más alto a lo que había llegado la cifra fue en 2016 que alcanzó 48.7 por ciento. Antes de eso los puntos porcentuales de la deuda fluctuaban entre el 30 y el 40.

Asimismo, el Saldo Histórico de los Requerimientos Financieros del Sector Público (SHRFSP) indicó que la deuda en mayo de 2020 era de 12.3 billones de pesos, 2.5% menos que en el mismo mes del 2019.

Esto quiere decir que estaba habiendo una reducción y que esta se vio mermada por la pandemia. En principio por las fluctuaciones en el tipo de cambio y también por las medidas que se tomaron a nivel mundial que paralizaron la economía.

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Foto vía pexels.com

¿El aumento de la deuda pública se debe a una mala gestión o solo fue la pandemia? 

La economía en México se redujo un 8.5% durante el año pasado, esta es la peor contracción que ha acontecido desde 1932. La deuda pública superó una alza histórica y el tipo de cambio cerró en 19.90 pesos por dólar, mientras que en 2019 se cotizó en 18.86.

De acuerdo con SHCP, estas cifras fueron debido a la crisis y no a un mal manejo del gobierno en curso, sino todo lo contrario.

“En reconocimiento a la gestión prudente y eficiente de la deuda y de los recursos públicos, siete calificadoras han reafirmado durante este año la calificación de la deuda soberana por encima del grado de inversión”, comunicó la secretaría.

No obstante, todas las calificadoras dieron una nota negativa a la economía mexicana, lo que indica que ellos estiman que esta se contraiga en los próximos meses. El motivo de esto es el clima de inversión incierto que hay en México por las políticas del presidente Andrés Manuel López Obrador, que no apuntan ni a lo privado ni a lo ecológico.