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    ¿Qué es la Ingeniería de Valor?

    La Ingeniería de Valor, (VE por sus siglas en inglés), es un método sistemático de evaluación dirigido al análisis de materiales, sistemas y procesos, así como al equipamiento del edificio, que tiene el propósito de alcanzar las funciones requeridas en el programa al menor costo total para el dueño.

    De acuerdo con los expertos en Ingeniería de Valor Kirk y Dell’Isola, la ingeniería de Valor es una aproximación de equipo que analiza una función por medio del desarrollo sistemático de respuesta a preguntas como:

    • ¿Qué es esto?
    • ¿Qué es lo que hace?
    • ¿Qué es lo que debería hacer?
    • ¿Cuánto cuesta?
    • ¿Qué otro material o método puede usarse para hacer lo mismo, sin sacrificar el desempeño, sin menoscabo de la seguridad, confiabilidad y mantenimiento?

    La ingeniería de Valor debe ocuparse de la eliminación o modificación de cualquier cosa que añada costo sin contribuir a los requerimientos del programa funcional. Las reducciones en los alcances del proyecto o en la calidad para estar dentro del presupuesto no deben ser consideradas como VE, estas decisiones son solamente reducciones de costo.

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    ¿Ingeniería de Valor es lo mismo que reducción de costo?

    Es muy frecuente confundirla con la reducción de costo; hemos visto en la práctica que este método se aplica de manera errónea y fuera de tiempo.

    En ocasiones anteriores hemos advertido la importancia que tiene un buen programa arquitectónico y de necesidades como inicio de un proyecto, lo mismo que la relevancia que tiene llevar un proceso de diseño ordenado y por fases que permiten aplicar una metodología de optimización de costo importante.

    También hemos hablado de los equipos de trabajo y de la oportunidad de la incorporación de los diversos actores en el proceso.

    Costos de construcción y selección del equipo de diseño

    Al analizar los costos de obra para edificaciones grandes y mixtas, podemos encontrar que los rubros donde mayoritariamente se encuentra los montos de inversión son: Estructura, cimentación y superestructura 45%, instalaciones 35%, acabados 13%, exteriores 5% y otros 2 por ciento.

    Aunque esta división es muy gruesa y pudiera haber diferencias, dependiendo de las características de cada edificio, el punto es que los ahorros sustanciales estén en las estructuras y las instalaciones y éstas, en buena medida, dependen del diseño arquitectónico.

    Por esta razón, seleccionar al equipo de diseño se vuelve crítico, sobre todo si se considera que las decisiones tomadas por el arquitecto en primer lugar. Inversiones tan grandes y de las que se espera obtener beneficios, deben ser manejadas por expertos con la experiencia suficiente para aportar valor al proceso de diseño, más allá de únicamente ser capaz de resolver el proyecto. Limitaciones y consideraciones del método de análisis.

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    Imagen de archivo

    La aplicación de estos métodos tiene varios retos, quizás el más importante es la identificación de aquellos beneficios difíciles de cuantificar, estos típicamente incluyen estéticos, seguridad, impacto ambiental, preservación histórica. La oportunidad en la aplicación de esta metodología es fundamental, es mejor comenzar desde el principio; como sabemos, las primeras etapas del proceso de diseño es donde se determinan de manera general los sistemas fundamentales de los edificios, que en etapas posteriores requieren de gran esfuerzo para ser modificados y requieren de gastos adicionales en el proyecto.

    Muchas veces durante la etapa de concurso de obra es donde se solicita a los participantes que emitan juicios sobre el proyecto y hagan Ingeniería de Valor; este es el peor de los escenarios porque los contratistas, sin mucho análisis, proponen cambios fundamentales al proyecto que pueden arruinar otros objetivos y que no agregan valor; solo reducen costos.

    La sensibilidad en estos beneficios al momento de correr los números y analizar las alternativas, es importante; tan importante como tener claro desde el inicio los objetivos a alcanzar; estos pueden ser estéticos, funcionales, económicos o de desempeño, a partir de esta claridad es un poco más fácil ponderar el valor de dichos beneficios.

    Es importante contar con un equipo de diseño experto que tenga una metodología de trabajo que facilite estos procesos y que aporte experiencia y valor al diseño y, al mismo tiempo, pueda sacar de los otros miembros del equipo su mejor experiencia y valor al proceso. En este sentido, el uso de la tecnología de documentación, juega un papel fundamental; ya que un modelo BIM aporta información muy relevante para la toma de decisiones y al mismo tiempo ofrece una capacidad de análisis que contribuye a estimar y obtener costos fiables de alternativas de diseño.

    Por Luis Fernández de Ortega

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